La Cirugía con Láser es un procedimiento que se realiza para el manejo de las venas safenas y de algunas venas llamadas perforantes. Es un tratamiento mínimamente invasivo que se realiza por vía endovascular (por dentro de las venas) y consiste en la ablación (cierre) de una vena causada por acción de un rayo láser que dentro del vaso sanguíneo produce gran liberación de calor al actuar sobre la hemoglobina (componente de los glóbulos rojos) y por esta razón la ocluye. Se puede realizar mediante el uso de radiofrecuencia y el procedimiento es equivalente. Tiene la ventaja de que no requiere anestesia general o regional (de la cintura hacia abajo), sino que se aplica anestesia local solo en los trayectos venosos a tratar. Esto permite que se pueda realizar en pacientes mayores o con enfermedades asociadas para los que la anestesia general no se puede usar. También está indicada en pacientes con úlceras activas en la pierna. No se recomienda en los pacientes cuyas venas están demasiado pegadas a la piel, ya que puede producir quemaduras.

El paciente debe asistir a la Clínica donde se realiza el procedimiento teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:
• Presentarse en ayunas (solo pueden ingerir muy temprano ese día su medicación de rutina como los medicamentos para el control de la presión arterial, hipotiroidismo, etc.).
• Debe presentarse con un acompañante.
• Rasurarse las piernas la mañana del procedimiento incluyendo la zona de la ingle de la pierna que se va a ser intervenida.
• Las piernas deben estar limpias, sin ningún tipo de crema, loción o perfume. • Debe usarse ropa cómoda.
• No usar maquillaje, ni esmalte en las uñas.

El procedimiento se lleva a cabo en una sala de cirugía. Para su realización se coloca anestesia local en el trayecto de la vena a tratar. Se realiza una punción sobre la vena con una aguja llamada angiográfica luego de localizar la vena con la ayuda de un equipo de ultrasonido, se canaliza y se introduce en esta un mecanismo en donde se incluye una fibra óptica, la cual se avanza hasta la terminación de la safena sobre la región inguinal. En nuestra técnica tratamos las venas residuales que quedan en la parte cercana al tobillo con aplicación de espuma esclerosante, para que la extremidad quede completamente tratada sin que se requiera ninguna incisión quirúrgica.

Después de la cirugía es muy importante no guardar reposo en cama, sino al contrario tratar de caminar precozmente para evitar complicaciones como trombosis venosas, se deben mantener los vendajes hasta que el médico los retire y se debe cumplir con la prescripción de analgésico-anti-inflamatorio y demás medicamentos formulados. No existen restricciones especiales para la dieta, pero se recomiendan alimentos de fácil digestión durante las primeras 24 horas después de la cirugía.

Esta técnica quirúrgica se caracteriza porque prácticamente no hay ningún dolor durante las primeras 48 horas después de cirugía. Permite una reincorporación muy rápida a las actividades cotidianas ya que en días posteriores se puede presentar un dolor muy leve en algunas zonas de la pierna el cual es normalmente tolerable. Se pueden presentar algunas equímosis (morados), que desaparecen casi por completo antes de 15 días.

Si el procedimiento es practicado por un equipo calificado, las complicaciones son escasas. Se puede presentar dolor post-operatorio y algunos hematomas, las infecciones son extremadamente raras. Se pueden presentar zonas de quemadura en la piel (en nuestra experiencia no se ha presentado). Las várices residuales que puedan quedar se tratan con escleroterapia durante controles posteriores.

Debido a que la enfermedad obedece a una predisposición personal, aún después de la cirugía se deben tener hábitos que no favorezcan la recaída. El uso de medias elásticas, el ejercicio físico y el control de peso son importantes, así como los controles médicos periódicos.